Hoy en día cocinar es prácticamente homónimo de recalentar, no cocinar un plato es una costumbre que altera nuestros hábitos y nuestra salud. Para mal. Pues una deficiente nutrición puede matarte, lo mismo que la falta de comida. La única diferencia es que tarda más. Se aproxima silenciosamente en forma de obesidad, cáncer o bien enfermedades cardiovasculares. Por no mencionar de los efectos perjudiciales sobre el ecosistema.
Es un inconveniente más complejo de lo que semeja, mas, tiene una solución: haciendo pequeños cambios en tu dieta no solo puedes prosperar tu salud, sino más bien asimismo contribuir a la reconstrucción de un sistema alimenticio más saludable y justo para el planeta entero. No dudes más, ¡Comienza hoy mismo!
1. Tu controlas lo que comes
Cocina siempre y cuando puedas, por el hecho de que cuando eres quien determina la cantidad y la clase de sal, azúcar y grasas que pones en tus comidas, eres quien controla tu salud y tu peso. En cambio, si no cocinas lo que consumes, el control de tu cuerpo lo llevan otros. Y una cosa está clara: jamás absolutamente nadie te va a conocer y te va a cuidar mejor que mismo.
2. Enseña a comer mejor
La apuesta de las nuevas generaciones por lo verde es cada vez mayor. Los pequeños, en la escuela, juegan en patios con huertos y los millennials enseñan a sus progenitores a gozar de la col rizada y las hamburguesas vegetarianas.
Apúntate asimismo a esta nueva filosofía y la próxima vez que tengas convidados, sírveles una hamburguesa ecológica con pan integral y verduras de producción local. Descubrirán que mudar para mejor el sistema alimenticio es, además de esto, exquisito.
3. Busca un huerto en tu ciudad
Es posible que no tengas un espacio extenso para cultivar en la urbe, mas seguro que dispones de una maceta. Déjala en el alféizar o bien una esquina del balcón y haz medrar en ella plantas aromatizadas con las que aliñar tus platos. Con algo más de tierra puedes atreverte con tomates cherry o bien lechugas.
Apúntate a esta revolución eco y vas a ver como tus amigos pronto se alistan en tus filas. En escaso tiempo podréis intercambiar productos.
4. Elimina el maíz de tu dieta
Entre
los ingredientes que lo poseen se hallan la dextrosa, los edulcorantes derivados del maíz y la carne, la leche y los productos lácteos provenientes de ganado alimentado con maíz. Si destierras esta comida de tu cocina, quizá los fabricantes se animen a buscar opciones alternativas más saludables. Además de esto, es buena forma de suprimir el fast food de tu vida y hacer un hueco a comestibles integrales y naturales
5. Compra alimentos de proximidad
La diversidad de este país deja generar carne, leche, verduras, frutas y muchas clases de cereales.
Consumir productos locales no solo sirve para reducir la emisión de gases contaminantes en largos transportes, asimismo produce ocupación local y garantiza la lozanía y seguridad de los comestibles por el hecho de que se generan cerca de casa. Busca productos de “kilómetro 0”.
6. No consumas productos procesados
Cuanto más distanciado se halle un comestible de su estado natural, menos nutrientes preservará. No es preciso que lo hagas todo con materias primas,
mas busca productos que no estén demasiado manipulados y que tengan una breve lista de ingredientes, lo mas naturales posibles.
7. Come lo que necesitas, no más
¿Cuál es la porción adecuada para que un plato de carne sea sano?
La porción que quepa en la palma de tu mano. Siendo de esta manera, puedes dejarte un filete de ternera ecológica en vez de carne industrial (más económica, mas menos sana). En España, uno de cada 6 adultos es obeso, mas, además de esto, derrochamos más comida que jamás, por el hecho de que solicitamos raciones enormes que terminan en nuestra cintura o bien en la basura. Baja kilogramos y ahorra con platos más pequeños, mas de mayor calidad.
8. Cambia al Slow Food
Frecuentar fast-foods un par de veces por semana aumenta en un sorprendente cincuenta y seis por ciento el peligro de sufrir una cardiopatía isquémica. ¿Una solución?
Métete en la cocina y un día por semana prepara un cargamento de slow food, como una fuente de verduras al horno, un guiso de legumbres, un caldo de verduras... Así, tu nevera siempre y en todo momento va a estar llena de opciones saludables para seleccionar cuando tu apretada agenda te tiente a visitar el take away más próximo. El alimento sana no tiene por qué razón ser difícil.
9. Aprende que comer sano es viable economicamente
¡Cambia tu mentalidad! Y
considera las horas de las comidas como una inversión en tu salud física y mental. Apuesta por gastar un tanto más (o bien no) en comida de mejor calidad y menos procesada, y con el tiempo ahorrarás en facturas de médicos, nutricionistas, fármacos...
Comentarios
Publicar un comentario